Impunidad e indolencia por la guardia sacrificada
Ya son casi dos meses de impunidad sin ninguna consecuencia ni dolientes por parte del Estado y específicamente de la Dirección General del INPEC, donde el General Ricaurte ha guardado silencio y ante actos similares ha tomado la opción de culpar a la guardia del instituto por los procedimientos mal planeados, sin revisar quien genera la política y la precariedad con que trabajamos por nuestro país y mientras tanto las únicas cabezas que han caído son las de nuestros héroes.
Aun no sabemos que tiene que pasar para que este gobierno tome acciones que garanticen la seguridad de los funcionarios del INPEC y con todo lo acontecido se habla en los despachos del Congreso de la República que nuestro trabajo no es de alto riesgo y se siguen disminuyendo los pocos beneficios con que aun contamos.