Es triste saber que un compañero de lucha sindical abandona esta tierra para pasar a un descanso merecido, pero seguramente no en el tiempo que debía. El Compañero Manuel Oviedo Bohórquez se marcha con grandes logros a cuestas, una gran carrera penitenciaria dedicada al servicio, a la protección de los derechos de los trabajadores, un grupo de amigos que lo vamos a extrañar montones y sobretodo, la imágen de un hombre que siempre tenía una sonrisa amable y su mano tendida para quien necesitara de él.
El Covid- 19 apaga otra vida, a pesar de la insistencia sobre el hecho de que esta, es una enfermedad especialmente peligrosa para los trabajadores penitenciarios. Cada funcionario se expone y expone a sus familias, mientras el Gobierno Nacional y la administración del instituto dicen que hacen lo que pueden. No queremos seguir viendo partir a nuestros compañeros, ni por violencia ni por negligencia estatal. Demandamos acciones prontas para proteger la vida de todos los que conformamos la planta de personal del INPEC.
Si no nos cuidamos, ¿Quién nos cuida?