La salud en las cárceles en el país: una bomba de tiempo

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Antioquia, Chocó y Norte de Santander, son algunos de los departamentos afectados por el mal servicio de salud. Se teme la propagación de varicela y tuberculosis.

Mucho se ha hablado sobre la crisis del sistema penitenciario en el país. El hacinamiento, el mal servicio de salud, la insuficiente infraestructura y el poco personal son algunas de las graves deficiencias que hacen parte del panorama.

Si bien no es un tema desconocido para nadie y distintas instituciones, como la Defensoría del Pueblo, han hecho un llamado al Gobierno para encontrar una solución, tristemente el asunto no pasa de ser una queja que, si bien genera alguna acciones paliativas, no significa una solución integral.

Por ejemplo, en junio del 2014 la Defensoría dio a conocer que de los 19 centros penitenciarios que hay en Antioquia, solo siete contaban con personal médico. Sin embargo, nada pasó.

Ahora, un año después, la situación es insostenible. La entidad afirmó esta semana que las 19 cárceles no cuentan con servicios médicos, pues desde el pasado 27 de julio no se renovaron los contratos con el personal de salud.

Según la Defensoría, en este momento no hay nadie que se haga cargo de las enfermedades que se empiezan a propagar en los centros penitenciarios, como la tuberculosis. En Itagüí se conoció el caso de cuatro reclusos que están contagiados, y en Bellavista hay tres enfermos que no han recibido ningún tipo de atención médica.

La situación es más que insostenible. La misma Defensoría ha reportado casos inhumanos, como el de una persona que ingresó con un tutor externo por herida de proyectil en una de sus piernas y, después de cuatro años de haberle realizado el procedimiento, no le habían hecho curaciones ni le habían retirado el implante. Otros reclusos tiene úlceras en la piel que presentan síntomas de infección y a los que no se les ha realizado ningún tipo de tratamiento.

Como no hay entidad que responda, la Defensoría del Pueblo puso el tema en conocimiento de la Procuraduría General de la Nación y de la Fiscalía, para que se lleven a cabo las investigaciones correspondientes y se establezcan las sanciones a que haya lugar.

Y no escampa

Pero si en Antioquia llueve, en los otros departamentos no escampa. En Chocó la situación es similar. En la cárcel de Anayancy de Quibdó el hacinamiento es absurdo. Está diseñada para unos 240 reclusos, pero actualmente alberga más de 760.

Eso no es todo. La situación de salud es igual de grave que en Antioquia y se le suma que el agua potable solo se presta por dos horas diarias, lo que dificulta la sanidad en la población interna.
Según fuentes de Semana.com no hay medicamentos ni siquiera para atender un dolor de cabeza.

También hay una alerta por el brote de varicela y tuberculosis, pues algunos reclusos están enfermos y no han recibido el tratamiento adecuado.

En Cúcuta la cárcel metropolitana tampoco cuenta con el suficiente personal médico para la atención de los internos. Las quejas principales son la tardanza en la asignación de citas, la falta de continuidad en los procedimientos, la carencia de especialistas y la ausencia de atención pediátrica a los niños menores de 3 años (hijos de las mujeres actualmente recluidas en la cárcel metropolitana de Cúcuta).

La situación en esa ciudad también fue denunciada por la Defensoría, que interpuso una acción de tutela para que se le garantice el derecho a la salud a los reclusos. Gracias a eso, el Tribunal Superior de la capital norsantandereana impartió órdenes perentorias para que se garantice el derecho a esta población. Está por verse si se solucionará algo pero, de seguro, no será algo integral.

Fuente: Revista Semana

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