La Procuraduría Regional de Neiva inició el proceso disciplinario contra el entonces director de la cárcel de Rivera, Holman Eduardo Montero Jiménez; la subdirectora Erika Losada Molina y Leidy Milena Bejarano. Los tres son investigados por presuntos privilegios al ex director de Comfamiliar, Armando Ariza Quintero, cuando fue recluido en el centro carcelario.
Los procesados entregaron sus pruebas ayer en la audiencia verbal de acusación que adelantó el procurador Regional del Huila, César Augusto Murcia Suárez, que les endilgo falta gravísima a título de dolo.
“El interno nunca tuvo privilegios, lo aislamos por motivos de seguridad. La cárcel de Neiva no tiene ‘Casa Fiscal’”, dijo Montero Jiménez, al término de la diligencia en el Ministerio Público.
El procurador Murcia Suárez, anunció que Montero, Bejarano Cruz y Losada Molina, son investigados por presuntas irregularidades que cometieron al disponer la reclusión del interno Ariza Quintero “en la Casa Fiscal, asignada al director del establecimiento penitenciario”, el 9 de junio de 2015. “Por disposición legal las casas fiscales no se pueden ceder, ocupar o dar destinación diferente”, explicó.
Añadió que también son procesados por las adecuaciones y mejoras en el establecimiento de reclusión en un sitio en especial para dar reclusión al ex director de Comfamiliar, “sin que se tenga precisión de donde salieron los materiales de construcción y los recursos para el pago del maestro, oficiales de obra y obreros”.
Votaron por la ‘casa fiscal’
El delegado del organismo de control informó que con el cargo único que les endilgó a los tres procesados, se les está reprochando que como miembros de la Junta de Distribución de Patios y Asignación de Celdas, hayan aprobado y autorizado con su voto que Ariza Quintero fuera recluido en la ‘Casa Fiscal’.
“Mediante acta dispuso ubicar al interno Armando Ariza Quintero en la Casa Fiscal contra expresas prohibiciones legales, cuando el penal contaba con pabellones, celdas y otras áreas para alojar a los internos con problemas de seguridad personal”, indicó el procurador Murcia Suárez.
Explicó que la asignación del lugar de reclusión del interno no se ciñó a los criterios, parámetros y condiciones señalados por la ley “para separar y clasificar a los internos en el penal. La misma presuntamente obedeció a brindarle privilegios, prerrogativas y ventajas al señor Ariza Quintero”.
Agregó que con esta medida Ariza Quintero fue “alejado de la disciplina y rutina carcelaria en consideración al cargo que este ocupaba como Director Ejecutivo de la Caja de Compensación Familiar del Huila”.
Precisó que los tres funcionarios violaron los principios de igualdad e imparcialidad, “porque con la decisión que adoptaron de ubicar al interno en la Casa Fiscal, dejaron a un lado los criterios y parámetros para la clasificación de los internos. Debieron ubicarlo por su categoría en un pabellón y celda del establecimiento carcelario donde no corriera riesgo su seguridad personal y se sometiera al régimen carcelario interno y no privilegiar al señor Ariza Quintero, al ubicarlo en la Casa Fiscal”.
El ex director de Comfamiliar al día siguiente de estar recluido en la señalada ‘Casa Fiscal’, fue llevado al sector donde se alojan los auxiliares bachilleres que prestan el servicio en el centro de reclusión.
Visita de la Procuraduría
El Procurador Regional del Huila sostuvo que una comisión de la entidad visitó el pabellón cinco donde se encontraba recluido Ariza Quintero. “Según la guardia de la cárcel, el espacio era una bodega donde se guardaba materiales de obra”.
En la visita los funcionarios encontraron que el recluso se encontraba aislado de los otros internos por medidas de seguridad. “Se observa que la bodega fue reformada recientemente, su piso con enchapado con baldosa color beis, las paredes se encuentran estucadas listas para pintar, cuenta con un área donde se está construyendo una ducha, también se adecuo una instalación para colocar una lámpara. Se le ha facilitado al interno una cama tubular sencilla con colchón, sábanas y ventilador”.
El delegado del Ministerio Público señaló que con la prueba de la visita “se determina que existía en el establecimiento carcelario el pabellón número cinco donde se pudo alojar desde su ingreso Ariza Quintero, preservando su seguridad personal”.
En el acta de asignación de pabellón y patio para Ariza Quintero y cuatro internos más, se evidencia que varios miembros de la Junta de Asignación de Patios y Celdas, votaron para que el recluso fuera llevado a un aula, el pasillo de rancheros, la bodega en el alojamiento de los auxiliares bachilleres o el aula virtual.
Sin embargo el director, la subdirectora y la coordinadora de sanidad votaron por la ‘Casa Fiscal’. “El señor Director hace saber que el interno ha sido amenazado por grupos al margen de la ley debido a su trabajo, de igual manera informa que certificación suscrita por el Comandante del Departamento de Policía Huila, informa de las amenazas y medidas de seguridad especial que tiene el Armando Ariza Quintero, se solicita que estudie el sitio de reclusión que no fuera patio, a su vez proponiendo la casa fiscal”.
Entre las pruebas que reveló el Procurador Regional del Huila, se encuentra el testimonio del teniente William Pacheco, quien manifestó que el 9 de junio de 2015, que ingresó el pabellonero del patio cuatro que era el lugar donde se le había asignado a Ariza Quintero, manifestando que en una de las celdas había un escrito con lápiz que decía “bienvenidos ratas los estamos esperando”.
“Estoy tranquilo”
El ex director de la cárcel, Holman Eduardo Montero, manifestó que no tuvo privilegios con el interno Armando Ariza Quintero. “Estamos seguros de que hicimos las cosas bien…el interno nunca tuvo privilegios, lo aislamos por motivos de seguridad”.
Aseguró además que el centro de reclusión no cuenta con una casa fiscal como se ha dicho en la Procuraduría. “En la cárcel no hay casa fiscal, vamos a probarlo, nunca durmió en la casa fiscal que se dice, el Inpec no dio casa fiscal”.
Sostuvo que el ex director de Comfamiliar, el día que llegó a la cárcel durmió en una habitación del centro de reclusión. “Él pernoctó en una habitación de ocho metros cuadrados, que no tiene aire acondicionado, no tiene televisión, no tiene baño privado, no tiene cocina. Solo tiene un bombillo y está dentro de la cárcel, con piso que tiene 20 años, con machimbre viejo y techo viejo”.
