El país con mayor tasa de homicidios en cárceles latinoamericanas

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Reproducimos esta nota por tratarse de un tema de interés penitenciario.(Ver articulo más abajo).

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Chile es el país con la tasa de homicidios más baja en América Latina. Sin embargo, nuestro país aparece en el tope de los países con más asesinatos al interior de las cárceles, de acuerdo al estudio mundial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd) de 2019.

De acuerdo a los datos, hay un riesgo mayor a morir al interior de un penal que en la vía pública. Y es que entre 2010 y 2016, el promedio de homicidios por cada 100 mil reos en recintos penitenciarios chilenos bordeó los 90, pese a que la media nacional de homicidios es de 3.5, también por cada 100 mil personas.

De esta forma, Chile supera a países como El Salvador, Argentina, Colombia y Brasil, lo que llama profundamente la atención, dado que se trata de naciones donde son conocidos los problemas que arrastran en sus sistemas penitenciarios.

Aunque al parecer la realidad chilena no dista demasiado de nuestros vecinos, con niveles altos de hacinamiento, insalubridad debido a la falta de agua, riñas y homicidios, además de agresiones sexuales y físicas.

A nivel sudamericano el tema carcelario es una deuda que los países aún no logran remediar, donde es frecuente conocer de riñas y motines que se saldan con varios muertos y heridos. Todo, derivado del hacinamiento en recintos donde incluso se registra hasta un 700% de sobrepoblación.

Por ejemplo, en mayo pasado, Ecuador debió declarar en emergencia su sistema penitenciario ante el hacinamiento y las riñas, movilizando las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional a los distintos penales para detener los hechos de violencia, como lo sucedido en Latacunga, donde un reo fue ultimado por otros dos internos frente a los guardias penitenciarios. El hecho fue grabado con un teléfono celular desde el pabellón de máxima seguridad de la cárcel, donde está prohibido que tengan dispositivos móviles.

Pocos días después, una riña ocasionó la muerte de un preso y dejó herido a otro en una cárcel de la provincia de Azuay. La pelea también fue grabada con un celular y difundida en redes sociales y medios de comunicación.

El hacinamiento en las cárceles ecuatorianas se evidencia en que actualmente hay unas 41 mil personas recluidas en recintos que tienen una capacidad para 27 mil personas, según publicó Agence France-Presse.

En Brasil, otro de los países con graves problemas en su sistema penitenciario, el último hecho de violencia fue una masacre que terminó con 57 muertos en dos días.

De acuerdo a la información oficial entregada por la Secretaría de Seguridad Pública, 42 reos murieron en hechos ocurridos en cuatro cárceles del estado brasileño de Amazonas, un día después de que una pelea en uno de esos centros dejara otros 15 fallecidos, la mayoría con signos de asfixia.

Ya en 2017, una de estas cárceles, el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), fue escenario de una rebelión que se extendió por casi 20 horas y dejó 56 muertos, en una de las mayores masacres del sistema penitenciario de Brasil.

Según datos de World Prison Brief, entidad de estadísticas mundiales carcelarias dependientes del Institute for Criminal Policy Research de Londres, Brasil tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo con 716 mil presos, que generalmente viven en condiciones de hacinamiento y bajo el mando de facciones que se disputan el control del tráfico de drogas y se enfrentan en frecuentes y sangrientos ajustes de cuentas.

Incluso, esta violencia ha salpicado a otros países fronterizos, como Paraguay, donde se registró una matanza de 10 presos en junio pasado. La masacre fue atribuida a presidiarios brasileños alineados con la banda criminal Primeiro Comando da Capital (PCC) de Sao Paulo.

A la hora del almuerzo, una treintena de criminales del PCC tomaron el presidio y asesinaron a reclusos paraguayos identificados como miembros del “Clan Rotela”, al que se atribuye el dominio del microtráfico de estupefacientes. Cinco de los fallecidos fueron literalmente decapitados con machetes y cuchillos, tres calcinados con colchones y otros dos fueron ultimados a golpes y con un arma blanca.

El extremismo criminal exhibido en la cárcel de San Pedro se registró en medio del hacinamiento que existe en los penales paraguayos, donde el 67% de la población penal, es decir, unas 11 mil personas, no tiene condena. Esto, sumado a una sobrepoblación del 700% según reconoció el ministro del Interior, Ernesto Villamayor.

Escenario de violencia que también comparte El Salvador, país que es considerado como uno de los países sin guerra más violentos del mundo con un promedio de 51 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2018, en su mayoría atribuidos a las pandillas.

En este caso, el Gobierno decidió trasladar a los pandilleros a prisiones de alta seguridad para aislarlos y evitar que den órdenes de delinquir a sus compañeros en libertad, usando ilegalmente teléfonos móviles para ordenar asesinatos y extorsiones.

No obstante, también dentro del caos reinante, una pequeña luz de esperanza se abrió ante la progresiva evangelización al interior de las cárceles, provocando cambios evidentes en el comportamiento de los reos, tal como lo destacó un reportaje del diario español El País.

Nota original: Bio Bio Chile

 

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