Dragoneante del Inpec es señalado de haber asesinado a un vendedor ambulante

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José Camargo, salió como es de costumbre en horas de la mañana de su vivienda ubicada en cercanías al CAI San Francisco, al sur de Bogotá, a vender sus memorias y CD’s en las calles de la localidad en mención. A eso de las 7 de la noche cuando regresaba a su vivienda se le acercó a dos personas para ha­cer lo que sería su último negocio, pues luego de eso su propio clien­te le enterraría unas llaves de carro en su cuello.

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El suceso se presentó frente a la estación de servicio Brio y en la­vadero Azul, ubicados en la calle 61 sur con carrera 22, Según ver­siones entregadas por testigos de los hechos José, venía en dirección sur-norte y en la esquina del lugar en mención se detuvo para mostrarle sus productos a dos per­sonas que departían mientras ter­minaban de limpiar sus vehículos.

“Ellos estaban lo más de tran­quillos allá, negociando” ahondó uno de los trabajadores del lugar, tal parece que en medio del ne­gocio el victimario quien es dra­goneante del Inpec, le habría manifestado su disgusto sobre los productos de José de forma joco­sa, dicha situación alteró al humil­de vendedor.

En esos momentos los funcio­narios del lavadero llamaron al victimario para pedirle que rodara su vehículo pues tenían que empe­zar a aspirar el mugre del interior. “El señor viene, prende el carro y lo rueda”. Una vez mueve el vehí­culo, José (víctima), se le encima para insultarlo por este haber deni­grado sus productos y lo convida a pelear.

“Le decía que se quedara quie­to, que no quería pelear”, pero José insistía en darse puños con quien minutos después le asesina­ría. A la final, el dragoneante  desciende del vehículo para dar inicio a la riña mortal.

En medio de la pelea el funcionario del Inpec, como acababa de bajar del carro tenía las llaves en las manos y en uno de los puños que se man­dó se la incrustó en su vena yugu­lar. “El señor de los CD’S no sabía qué hacer, se tapaba con su mano el cuello pero la sangre seguía saliendo a chorros”, luego de dar varias vueltas en el lugar sin saber qué hacer, José Camargo cayó al suelo mientras agonizaba.

El victimario se montó en su vehículo y todos pensaron que era para huir pero no, pretendía llevar al agónico hombre hasta la sala de urgencia del Hospital Meissen. Una patrulla de la Unidad de Vigi­lancia y Control por cuadrante que se encontraba por la zona, arribó al lugar para trasladar a la víctima hasta un centro asistencial y le le­yeron los derechos de capturado.

José Camargo, murió minutos después cuando era trasportado hasta el Hospital Meissen, logar a donde llegó una comisión de cri­minalística conformada por integrantes del Cuerpo Técnico de In­vestigación de la Fiscalía, quienes fueron los encargados de realizar­le la inspección al cadáver.

Fuente: HSB Noticias – Redacción Leonel Pereira

 

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